Buenas tardes.
Os voy a comentar este artículo, el cual me ha parecido muy esclarecedor:
La base sobre la que se fundamenta es, sin duda, la enorme brecha de desigualdad entre niñas y niños desde la infancia que viene propiciada por la tremenda desviación del sistema educativo. Este último, pieza clave en la construcción de una sociedad igualitaria, no tiene la capacidad siquiera de alterar los prejuicios impuestos a lo largo de siglos de discriminación de género.
La denominada "brecha de los sueños" no es sino la constatación, en la realidad social de las niñas, de la frontal oposición a su desarrollo sin la limitación preimpuesta de su condición de nacimiento. Es decir, esta circunstancia de nacimiento condiciona su desarrollo cognitivo, emocional y social.
Según este artículo, empiezan a detectar dichas barreras sociales a partir de 5 o 6 años e inician un proceso de devaluación personal que finaliza liquidando cualquier indicio de esperanza en conseguir objetivos que extralimiten su nivel competencial como mujer. Obviamente, esta brecha les impide alcanzar su verdadero potencial y sesga la visión que tienen de la realidad y, por supuesto, de ellas mismas frente a sus compañeros niños.
Esta barrera se hace más evidente con el paso de los años y la llegada a la edad adulta: se da por supuesto que los trabajos más cualificados y con un mayor nivel tecnológico han de recaer en sujetos masculinos y los peor remunerados y menos valorados sobre féminas. Esto es lo que impone la sociedad y lo que debemos extinguir. Los mismos clichés siguen repitiéndose porque, en algún lugar de la cúspide de nuestra organización social, a determinados estamentos les sigue pareciendo conveniente...
La socialización diferencial es una lacra que debe desaparecer partiendo de la raíz misma del sistema educativo: las familias y los docentes deben ir de la mano desde el comienzo del itinerario educativo sin dejar lagunas u opciones a los convencionalismos de género. Para ello, el propio profesorado debe adquirir unos hábitos y unos métodos fraguados desde la ejecución de su formación como docentes y llevados a la práctica en su periplo profesional.
El objetivo de erradicar la socialización diferencial es un reto común a todas las personas de nuestra sociedad y una oportunidad inigualable de construir un futuro mejor, en términos de igualdad y convivencia, para las próximas generaciones.
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